INFORME NACIONAL
En San Luis más de 1200 chicas de entre 14 y 18 años conviven en pareja
Esta cifra se desprende del estudio presentado por la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) con el apoyo del Fondo Fiduciario de ONU Mujeres para la Lucha contra la Violencia. Algunas de las posibles causas son la pobreza, la falta de educación, las prácticas culturales y/o religiosas, entre otras.
Por matrimonio infantil se entiende toda unión formal o informal entre una niña menor de 18 años y una persona adulta u otro niño, lo que constituye una violación a los derechos humanos y son consideradas una forma de violencia de género. Es una de las situaciones más alarmantes, ya que en Argentina la tasa de incidencia es del 4,7% y en San Luis del 3,4%.
Este tipo de vínculos muchas veces termina desencadenando un embarazo, la pérdida de los estudios y suelen caer en sometimientos aliados a la pobreza y violencia.
En busca de visibilizar esta problemática, la Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) con el apoyo del Fondo Fiduciario de ONU Mujeres para la Lucha contra la Violencia, realizó un informe denominado “El matrimonio y las uniones convivenciales infantiles en Argentina”. Las cifras se desprenden del Censo 2010.
Los datos duros exponen que 132 mil adolescentes de entre 14 y 18 años se encuentran unidas en convivencia en Argentina y en el caso de San Luis 1204.
En tanto las provincias con más incidencias tienen son Misiones con el 7,2%, Chaco con el 6,9%, Formosa con el 6,4%, Santa Fe con el 6,4%, Entre Ríos con el 5,4%, Santiago del Estero con el 5,3%, Corrientes con el 5,3%, Salta con el 5%, y Buenos Aires con el 4,7%.
En la región de cuyo se concluyó que en Mendoza la tasa es de 3,7%, San Juan es del 4,5% y San Luis es del 3,6%.
La secretaria del Comité Directivo de FEIM, Cecilia Correa en declaraciones que formuló a El Chorrillero explicó que las cifras se detectaron en el censo del 2010 porque en del 2022 se quitó la pregunta que se refiere al matrimonio infantil.
“Es válido aclarar que estos datos son los que están registrados, es decir, son aquellas menores que contrajeron matrimonio gracias a la autorización de los progenitores y/o tutores”, advirtió la licenciada en psicología.
Un punto para tener en cuenta es que en Argentina la edad mínima para casarse es de 18 años, aunque se aceptan excepciones. Por otro lado, el Código Penal de la Nación se expide frente a casos en los cuales hay una relación sexual entre una mujer menor de edad con un varón mayor y estipula que si un adulto se vincula sexualmente con una persona menor de 13 años hay delito, sin excepción.
De los 13 a 16 años, puede darse la figura del abuso sexual por aprovechamiento de la inmadurez de la víctima, más conocida como "estupro". De los 16 en adelante, las adolescentes ya poseen consentimiento sexual pleno.
“Ahora lo que ocurre es que las uniones infantiles son informales lo que significa que no hay registro. En este contexto, hemos registrado casos en que por ejemplo su familia le dice ‘anda a vivir con don José que vas a estar mejor’ y sucede todo lo contrario”, manifestó.
Y añadió: “Muchas familias especialmente en las zonas rurales se da por sentado, es como que es lo que tiene que suceder y esto tiene que ver con la naturalización”.
En este marco, detectaron las consecuencias que estas uniones provocan: “Hay una gran deserción escolar, embarazos no planificados, las vivencias tempranas suelen provocar violencia y el aumento de tareas de cuidado porque las niñas no tienen que perder su infancia. Estas situaciones de uniones informales o de casamiento también se dan muchas veces como un factor encubierto de un abuso sexual”.
Gracias al análisis de dichas situaciones se evidenció que las menores de 14 años están casadas con hombres que tienen entre 10, 15 y 20 años más que ellas y que en su mayoría viven en la casa del hombre. En el caso de las menores de entre 15 y 18 años habitan generalmente en la casa de origen de la niña.
“Otro factor externo también que pudimos identificar son el impacto de las religiones que son sobre todo fundamentalistas que en algunas no se les permite recibir educación sexual integral y no se permite mantener un vínculo sexo afectivo hasta el casamiento. Entonces, tenés familias que dicen ‘prefiero que mis hijas se casen antes que ejerzan la sexualidad fuera del matrimonio”, expuso.
Advirtió que “hay muchas comunidades en que cuando la niña tiene su primera menstruación ya la convierte en mujer por ende, a su entender, ya está con la capacidad y con la posibilidad de poder casarse y comenzar a tener hijos”.
“Es muy difícil ver este escenario porque nos preocupa que se respeten los derechos humanos básicos como la educación, la salud y también el del jugar, el de poder seguir disfrutando de su vida porque muchas de las niñas que han unido a partir de los 14 años a los 16 años ya tienen dos o tres hijos”, contó.
En efecto, se analizaron los datos de los nacimientos de niños de madres menores de 18 años según el registro de nacimientos de la Dirección de Estadísticas de Salud (DEIS) del ministerio de Salud de la Nación, correspondientes a los años 2015 y 2018.
De esta manera, se conoció que en San Luis el 2015 nacieron 8101 bebés de los cuales 1253 tiene madres menores de 20 años y 802 conviven con adultos que serían sus parejas.
En tanto, las cifras del 2018 expusieron que en la provincia nacieron 7050 niños de los cuales 872 sus progenitoras son menores de 20 años y 673 habitan con el adulto.
Entre la intención de este documento se encuentra la necesidad de incentivar a los profesionales de la salud a indagar a sus pacientes menores cuando se presentan a hacer un control por embarazo. “Generalmente asiste a los centros de salud, con la madre, tía o amiga, pero no con las parejas”, dijo.
“Es importante identificar si la menor tiene información para que ella misma pueda decidir, elegir y optar porque muchas veces en los pueblos por situaciones económicas, violencia intrafamiliares o por condicionamientos culturales normalizan estas acciones”, expresó.
Sostuvo que se refleja una “desigualdad estructural de género” y como “todavía en nuestra sociedad, que a pesar de que tengamos un muy buen marco de derecho, con perspectiva de género, todavía falta mucho trabajo para el tema de desterrar ciertos estereotipos”.
Correa también ahondó sobre el consentimiento sexual: “Que puedan decidir tener relaciones sexuales no implica tener un vínculo de pareja con otros tipos de responsabilidades y limitantes para esa niña”.
Durante el 2017 en San Luis 21 menores de edad mujeres denunciaron a su pareja conviviente y en el 2018 fueron siete.
“El tema es que esa muchacha, si decide estar en una relación, casarse o en esta unión informal, que sepa cómo cuidarse, sepa todo lo que implica y el problema reside cuando esa niña no decide”, concluyó.